Buscar este blog

lunes, 24 de abril de 2017

Otras muchas historias

Por las mañanas me deslomaba de sol a sol; entre la zona de cultivo y el cuidado de los animales circulaba toda mi vida. Resulta tedioso pensar que al día siguiente al levantarme repetiría punto por punto lo que acababa de hacer. Tal vez, incluso, pisaría sobre las huellas de mis propios zapatos.

Era prisionero en la vida que elegí de una forma inconsciente. Sin ninguna forma de, años más tarde, escaparme de esa decisión. De modo que tuve que resignarme a seguir haciendo lo que hacía.


Los repetitivos trabajos quedaban a un lado cuando empezaba a anochecer. Con mi cena lista y delante mia. Pasaba a viajar; a convertirme en personajes de todo tipo: heroicos,  espeluznantes o sin más función que acompañar a alguien, daba igual. Me había adaptado a encontrarme en guerras y lugares pintorescos. A visitar las zonas más emblemáticas del mundo o a formar parte de conversaciones que han cambiado el mundo. A veces, también vagaba por mundos de fantasía, con personajes aterradores y, otros, encantadores. La mejor elección que he tomado fue coger aquel libro y descalzar mi vieja mesa. Me ayudó a darme cuenta de que tenía que escapar de allí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mójate y danos tu opinión.